Pues si, después de tragarme las siete temporadas de bricomania que me baje del emule, y tras mucho ánimo de la Moni (bueno, tras mucho insistir mejor dicho) me he armado de valor para emprender una verdadera obra de albañilería; forrar la chimenea de piedra. Vale, ya se que parece una obra de mierda, pero es que a mi se me da bien lo de hincar los codos no lo de doblar la espalda.

El caso es que tras elegir el material de
ecopiedra (lo de eco debe ser porque rebota el sonido, porque no se que coño tendrá esto de ecológico), preguntamos sobre la cola para pegarlo a la pared. Aunque todos los indicios apuntaban a una cola tipo
pegoland flex a última hora se desbanco el
sikaflex 11fc. Este último, a pesar de ser más caro, tiene la ventaja de ser mucho más limpio, ya que se aplica como una silicona mientras que el pegoland es un mortero. El inconveniente es que, por mucho que he leído, no encuentro ningún sitio donde diga que el sikaflex valga para esto, así que a lo mejor el día de mañana se me cae todo.

Estas son algunas de las herramientas. Podéis ver el cartucho de sikaflex, un martillo, y un destornillador si punta usado cutremente a modo de cincel (luego ya me compré uno de verdad). Es imprescindible también una
amoladora o rotaflex, una pequeña vale. Como la casa está amueblada es importante no manchar mucho. Hay que quitar las alfombras y proteger el suelo. Y no se os ocurra usar la rotaflex dentro de casa, que la podéis liar parda con el polvo que suelta. Como es de terrazo con un papel vale, aunque mejor habría sido con un cartón. Je, creo que podría ser guionista del loco ese.
Toda obra de ingeniería ha de pararse al menos una vez, sufrir retrasos y costar más de lo presupuestados, así que tuvimos que parar las obras por la llegada de una inclemente semana laboral. Eso sí, es importante dejar el tajo recogido y ordenado al marcharse. Este es el aspecto que tenían las obras a finales del domingo, espero que se puedan inaugurar antes de las elecciones.